La pobreza, el hambre, las enfermedades y las desigualdades son un freno o incluso un retroceso en el desarrollo en todos los sentidos, pero este freno aún se hace más evidente en aquellos territorios donde existen conflictos armados.
Antes de profundizar en este tema, hay que tener claro qué es un conflicto armado.
Así, tal como define la Escuela de Cultura de Paz (Informe Alerta 2011), se entiende por conflicto armado todo enfrentamiento protagonizado por grupos armados regulares o irregulares que tienen objetivos percibidos como incompatibles, en el que el uso continuado y organizado de la violencia: a) provoca un mínimo de 100 víctimas mortales en un año y/o un grave impacto en el territorio (destrucción de infraestructuras o de naturaleza) y la seguridad humana (por ejemplo población herida o desplazada, violencia sexual, inseguridad alimentaria, impacto en la salud mental y en el tejido social o disrupción de los servicios básicos), b) busca la consecución de objetivos diferenciados de los de la delincuencia común y normalmente vinculados:
- A demandas de autodeterminación y autogobierno, o a aspiraciones identitarias;
- A la oposición al sistema político, económico, social o ideológico de un Estado, o en la política interna o internacional de un gobierno, lo que en ambos casos motiva la lucha para acceder o erosionar al poder;
- Al control de los recursos o del territorio.
Según el último informe del Instituto de Investigación sobre Conflictos Internacionales de Heidelberg (Alemania) (Conflict Barometer 2010), en 2010 se observaron un total de 363 conflictos. Entre estos se identificaron 6 guerras y 22 crisis severas, así pues, un total de 28 conflictos librados con el uso de la violencia masiva. A los que se añadieron 126 situaciones de crisis con episodios esporádicos de violencia. El resto, fueron 209 conflictos (109 clasificados como latentes y 100 como manifiestos) entregados sin el uso de la fuerza violenta. En comparación con el año 2009, el número total de conflictos disminuyó ligeramente pasando de 368 a 363. Mientras que el número situaciones de crisis aumentó de 110 a 126, el número de conflictos muy violentos disminuyó, pasando de 33 a 28. Obviamente, en este informe no figuran los conflictos del Norte de África, especialmente lo referente a Libia, vigentes en el momento de elaborar este capítulo, en el año 2011.
Para obtener datos concretos sobre países, y con la inclusión de la perspectiva de género, se recomienda consultar: Base de Datos de Conflictos y Construcción de Paz de la ECP.
Número de conflictos globales según intensidad en 2009 y 2010
Fuente: Elaboración propia a partir de Conflict Barometer 2010.Heidelberg Institute for International Conflicts Research.
Conflictos políticos en 2009
Fuente: Heidelberg Institute for Internationa Conflict Research (2009).
Cualquier conflicto armado, significa muerte y destrucción. No es posible que un territorio se desarrolle económicamente o socialmente si se encuentra inmerso en una espiral de violencia y destrucción sin freno. Los conflictos armados significan en primer lugar muerte, una muerte que afecta en mayor medida la población civil que a los grupos armados. También se tendrán en cuenta los heridos, ya sea directamente por la guerra o por los restos de artefactos bélicos, como las minas antipersona, con las que han quedado sembrados muchos territorios. Desde UNICEF se afirma que cada año entre 15.000 y 20.000 personas mueren o quedan discapacitadas por las minas antipersona y otro material explosivo. Un 20% del total son niños. Un ejemplo es Camboya, donde la guerra terminó hace años pero las minas antipersona siguen causando un importante número de muertos y heridos.
Los conflictos armados suponen cada año un número importante de muertos y heridos. A las pérdidas de vidas humanas hay que añadir la destrucción de viviendas, los hospitales, los colegios, de las infraestructuras de transporte, de agua potable y de la red de alcantarillado, de las carreteras y de la red eléctrica. También quedan afectados los campos de cultivo, que pueden quedar baldíos por la misma destrucción que supone la guerra y por la muerte y la huida de los campesinos. Finalmente, hay que hablar de la afectación o destrucción del tejido industrial y comercial de estos países. No es de extrañar hablar pues, de freno al desarrollo o retroceso en el desarrollo de los países afectados por conflictos armados.
Así lo afirma Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz, 1980) en el prólogo que hace al "Informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz" (2011) de la Escuela de Cultura de Paz,
Después de tanta destrucción y muerte, de genocidios como el holocausto contra los judíos, gitanos, hom*osexuales y disidentes políticos por parte del nazismo, la humanidad necesitaba avances en la construcción de nuevos caminos sociales, culturales y éticos, que surgieron de la participación de las comunidades, organizaciones sociales, iglesias, movimientos indígenas y ambientalistas más que de la voluntad política de los gobiernos. Si bien en su gran mayoría los gobiernos han firmado los tratados internacionales y se han comprometido a cumplirlos y hacerlos cumplir, no siempre están dispuestos a ponerlos en práctica y continúan violando los derechos humanos y los pueblos. Avanzan en la carrera armamentista, en la imposición de políticas económicas y de dominación contra otras naciones, apropiándose de sus recursos y territorios y generando conflictos, guerras, aumentando el hambre y la pobreza.
Sin embargo, como apuntan los análisis del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) (Yearbook, 2010) en 2009 tuvo un inicio esperanzador con la llegada de una nueva administración a los Estados Unidos. El gobierno de Obama dio un buen impulso a los objetivos de control de armas, desarme y no proliferación, lo que se tradujo en una serie de declaraciones importantes y de acciones concretas a favor de estos objetivos. Sin embargo, este gobierno no ha frenado el gasto militar. Ni siquiera la crisis financiera y la recesión económica que han afectado casi todo el planeta ha tenido un impacto en la reducción en los niveles de gasto militar, fabricación o transferencia de armas. De tal modo que, a pesar de una ligera bajada en los últimos 5 años, los conflictos armados no dejan de incrementarse a nivel global.
Conflictos globales de baja, media y alta intensidad (1945-2009)
Fuente: Conflict Barometer 2010.Heidelberg Institute for International Conflicts Research.
Misiones administradas por el Departamento de Mantenimiento de la Paz de les Naciones Unidas (2011)
Fuente: Elaboracinó propia a partir de datos del Departmento de Peacekeeping Operations de les Nacions Unides, 2011.
